Los sitios de interés de la Ruta Patrimonial Camino a Gabriela Mistral en la comuna de Coquimbo son dos.
Esfuerzo Campesino es un área semirural en las afueras de la ciudad de Coquimbo, situada al paso de la Ruta D-43 con Callejón Ripamonti. Es parte de la cuenca de Pan de Azúcar, altamente productiva en agricultura, donde hasta la segunda mitad del siglo XX se extendían vastas haciendas. Buena parte de esos terrenos fueron divididos durante los procesos de reforma agraria de los años ‘60 y ’70, época en la cual surgieron varios de los nombres que actualmente llevan los diversos sectores y localidades; denominaciones cargadas de épica, como Triunfo Campesino y Esfuerzo Campesino.
A inicios del siglo XX se encontraba acá la localidad de Cerrillos. Allí se instaló Gabriela Mistral en 1909, como preceptora a cargo de la Escuela Mixta Nº117, situada al interior de una hacienda. Todo esto después que su anterior destinación, la escuela de La Cantera, fuera cerrada por escasez de estudiantes. “Entonces me fui a Cerrillos en el Departamento de Ovalle. Mis biografías no han anotado nunca este nombre. Allí sí tuve soledad y soledades”, rememoró la poeta.
Durante su permanencia en el lugar, entre clases y clases, escribía artículos para periódicos como El Coquimbo, La Tribuna, La Reforma, La Voz de Elqui y La Constitución, y la revista La Idea de La Serena.
Además, preparaba la rendición de un examen de competencia que le permitiera asumir el cargo de preceptora en propiedad y ya no en forma interina, como había sido hasta ese momento, debido a su falta estudios formales. Examen que rendiría exitosamente en marzo de 1910, en la Escuela Normal Nº1 de Santiago, tras lo cual el ejercicio docente la condujo por establecimientos educacionales a lo largo y ancho de Chile, desde Antofagasta hasta Punta Arenas. Fue, por tanto, Cerrillos la última escuela de su región natal en donde trabajó Gabriela.
El 25 de noviembre de 1909 se suicidó el empleado ferroviario Romelio Ureta, con quien la escritora había vivido un romance. Su tumba se encuentra en el Cementerio Municipal de Coquimbo, el segundo sitio de interés de la Ruta Patrimonial en la comuna.
“Malas manos entraron trágicamente en él”, reza el epitafio en la sepultura de Ureta. La frase recoge parte de uno de los versos de los “Sonetos de la muerte”, el célebre poema que la escritora compuso tras el deceso del joven, en el cual se expresan los sentimientos de dolor y pérdida frente a la muerte de la persona amada.
“Se vistió para la muerte y se disparó un tiro. Pero en un bolsillo se le encontró una postal mía. ¿Por qué estaba allí cuando hacía más de un año que no nos escribíamos?”, contó Mistral años después.